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universo y alma

Lo mejor de un poema, como lo mejor de un cuerpo, no son sus elementos (cabeza, tronco, extremidades, etc.; estrofa, verso, vocablo, etc.) sino la gracia que los visita y los une en una sonrisa, un movimiento armonioso, un llanto desesperado.

La poesía se sirve de las palabras para hacerse comunicable. Ella son un medio de expresión, no la expresión misma. Mucho menos la poesía misma. Superado el medio de las palabras, la poesía reina ilimitada y se confunde con la esencia de las cosas.

La poesía, por lo demás, puede prescindir de las palabras (pintura, escultura, música, danza, religión, magia).
Las palabras no son objetos sino signos. El pensamiento no es la poesía sino su cauce humano. La poesía es el estado permanente del universo.


Las leyes de las imaginación, las leyes del universo. Las leyes de la poesía, ¿límites del poema?
El hombre se parece al universo en la medida que reconoce sus propios límites; su lenguaje, en este caso y tan sólo en este caso, estará lleno de poesía.

Algebra de la creación: la suma con el universo del hombre es cero. ¿Es el cero la suma de todas las cosas? No, luego la suma del hombre con el universo es -1 o +1, es decir, un caso sui generis, privada un alma. La unión del alma con el universo se llama poesía. Su separación, poema.


Las palabras pasan (ver movimientos poéticos, ismos, diferencias de estilo), la poesía permanece. En la poesía simbolista —las palabras como objetos— los sentidos invaden el poema, el pensamiento palidece.



Jorge Eduardo Eielson

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