...y decía:
"El cielo de Azerbaiyán ilumina Aranjuez ",
firmado por V. G. - Madrid - 16/03/2002
... y el artículo publicaba a los "cuatro vientos", lo siguiente:
"Se llama Mamaly Karimian, pero medio barrio de Palacio, en Centro, lo conoce simplemente como 'Carlos'. Para los vecinos de la calle de Leganitos es el peluquero del número 3, un oficio con el que se gana la vida desde que llegó a Madrid en 1982.
Para el ya fallecido José Gerardo Manrique de Lara, que fue presidente de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, era también alguien que ha tratado de buscar con su pincel 'la magia de la cosmogonía', y la ha encontrado. Karimian, pintor azerbaiyano de 50 años, expone estos días en el local de obra social que Caja Madrid tiene en Aranjuez.
Son 23 lienzos con los que este hombre, que creció en una aldea minúscula entre montañas junto a la frontera con Irán, y que dejó su país a los 21 años buscando nuevos cielos que retratar, ofrece a los visitantes su visión del cosmos.
'Empecé a pintar porque me sentía solo. Cerraba mis ojos y veía chispitas, y pensaba: '¿qué son esas estrellas?'. Y me puse a pintarlas. El universo es como la vida, de hecho lo imitamos en todo: en el movimiento, en los colores... hasta en el mapa del metro', explica.
Karimian se declara autodidacta, rehúye hablar de su técnica (pinta sobre papel de lija) y se emociona cuando alguien le pregunta qué 'dicen' sus cuadros. 'Bueno, para empezar, dicen que el Big Bang nunca existió, yo tengo mis teorías. Y, además, la pintura anima a la gente.
El otro día vino a la peluquería un amigo muy apenado, porque había metido algún dinero en eso de Gescartera, ¿sabe? Y le dije 'ea, ven que te enseño un cuadro', y le cambió la cara', cuenta Karimian, y sonríe desde algún lugar entre las montañas de Azerbaiyán y el centro castizo de Madrid".
2 comentarios:
¿Quién es Carlos Karimian?
Nace en Azerbaiján en 1951, hace veinte años se establece en Madrid, en un principio como anticuario, después como peluquero, “Carlos-Peluquero-Unisex”, en la Calle Leganitos, en su número 3, donde además, vive y pinta, todo lo cual en apenas treinta y cinco metros cuadrados - y no se queja de nada.
Amigo de todo el que quiere ser su amigo, de vecinos y clientes, de comerciantes y senadores, que mas de uno, también es o ha sido cliente, pues no en vano Leganitos tiene a su espalda el mismísimo Senado; amigo de residentes y viajantes, pues la zona se presta a ser residencia eventual y periódica de viajantes de comercio y empresarios de provincias, sin duda por su situación céntrica y proliferación de hoteles, gente que a su llegada a Madrid, en su soledad y como una prolongación de la propia familia, encuentra su amistad y compañía en el paseo nocturno de fin de jornada.
Carlos es un hombre afable y a la vez retraído, sentimental y solitario, de físico delgado y siempre vestido con camisa y pantalón negro, y por si todo ello no fuese suficiente tarjeta de singular identificación, Carlos es, inexplicablemente, después de tantos años, “apátrida”, un hombre sin referencia documental, porque su patria es el cosmos y sus conciudadanos, todos los que disfrutamos de su amistad - y no se queja de nada.
Solo él, con sus características y vivencias puede pintar el Cosmos sobre hojas de 1,40 por 2,50 metros o 25 por 40 centímetros, con tubos de colores que parecieran destellos de luz, en un espacio físico mínimo y una proyección mental máxima, contradicción que en no pocas ocasiones le llevan hasta el banco de cualquier parque próximo, que son la prolongación de su casa, sumido en la desesperación del que siente mucho y necesita reconducir y ordenar el tremendo caudal de sensaciones e ideas, sin técnica ni método, para expresarlas en un lenguaje que en su pintura pareciera fácil.
Carlos conserva apilada toda su obra en el pequeño habitáculo donde duerme, porque su obra es el libro de su vida y no quiere que falte ninguna hoja.
¿Qué es su obra?
Su obra es el resultado de su desarrollo personal y espiritual, la referencia al Origen y al Destino, él como parte integrante del Cosmos.
Su pintura refleja sus visiones, su percepción de la maravilla que es el Universo, las leyes físicas que lo rigen, la luz, la dinámica de lo expansivo. Representa el Cosmos desde fuera del Cosmos, su pintura es una abstracción, una vivencia espiritual, él la denomina Cosmogonía.
Carlos Karimian empieza su andadura pictórica, como el propio universo que trata de describir, como una carga inmensa de energía por expandir, sin técnica ni caminos preestablecidos, con todo por hacer, pero con la misión clara de plasmar con la pintura lo que solo acierta a vivir en su percepción más intima.
Su proceso ha sido su propia expansión, cada vez que plasma su vivencia con luces y colores, le renace la intima necesidad de crecimiento en expresión gráfica y progresa su espiritualidad con un proceso acelerado y expansivo.
En un momento dado, de forma autodidacta, característica de todo su proceso evolutivo, descubre la metafísica, descubre la existencia de vínculos físicos que rigen el orden y la formación del universo, se encuentra ante una ciencia que él siempre ha conocido, descubre la consistencia de su proceso evolutivo y de pronto, crece de forma exponencial su capacidad, se expande una vez más en su expresividad, una vez más, como el propio cosmos que representa y busca.
…. Después de diez años, Carlos es un pintor que solo pinta El Cosmos. - ¿Qué hay dentro de la luz? - ¿Dónde nacen las estrellas? -. Busca el gran Atractor, el agujero negro que polariza y ordena, - busca la forma y el aspecto del universo, - busca la geometría de un orden dinámico en constante expansión, - busca el origen del hombre como parte del universo y sus leyes, pero los busca desde el otro lado de la ciencia, desde la vivencia espiritual, como si de una misión divina se tratase.
salam daii mamad e aziz:
man Rozi hastam.
az diddan e in tablohaye ghashang kheyli khoshhalam.
be shoma eftekhar mikonam.
miboosametan.
khaharzadeye shoma.
Rozi.
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